“Cualquier espacio vacío se puede tomar
como un escenario.”
Peter Brook (Londres, 1925) es un reconocido director de teatro, películas y ópera. Además es uno de los directores más deslumbrantes e influyentes del teatro contemporáneo. En cuanto al manejo del espacio escénico es considerado un verdadero genio. Su nociones del ESCENARIO van mucho más allá de un espacio, rompe las barreras de lo físico y abre un mundo de posibilidades a nivel psicológico que le permiten al espectador involucrase con el universo de los personajes, vivir, respirar, pensar, actuar, jugar y cuanto verbo ejecute el dramaturgo, junto a ellos.
Justamente la audacia de sus conceptos son los que nos permiten hacer un paralelismo entre el arte de la escritura en general y el arte del teatro, ambos comparten el tesoro más sagrado de la comunicación humana… la PALABRA
Hace cuatrocientos años le fue posible a un dramaturgo presentar en abierto conflicto los acontecimientos del mundo exterior, los procesos internos de hombres complejos, aislados como individuos. El drama era exposición, confrontación, contradicción que llevaba al análisis, al compromiso, al reconocimiento y finalmente a despertar el entendimiento. El autor tenía un objetivo preciso, humano y social que era el motivo de su búsqueda temática, el motivo de la investigación de sus medios de expresión, el motivo para escribir teatro. Si partimos de la premisa que un escenario es un escenario, la palabra dicha en ese escenario existe, o deja de existir, solo en relación con las tensiones que crea en dicho espacio y dentro de las circunstancias determinadas de ese lugar.
Este hombre fue William Shakespeare, escritor como ninguno, la palabra era una extensión directa de su imaginación, capaz de crear los más grandiosos e inverosímiles escenarios. Su dominio era tal, que cualquier espacio vacío se trasformaba con un parpadeo en un escenario de palabras. Por ende no resulta más obvio otorgarle a las palabras un espacio como este, donde tomen vida… Escenarios donde se desplacen a diestra a siniestra, donde se retuerzan, se reproduzcan, se sometan, se expandan y maduren. Darles un espacio donde un cenital las bañe con la luz de la crítica y el entendimiento, un lugar donde rompan los límites entre la vida y la muerte, logrando así la eternidad… Eternidad en la que por siempre vivirá su creador.

No hay comentarios:
Publicar un comentario